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martes, 2 de septiembre de 2014

Casa de los Hermanos Serdán 
La Casona  de la familia Serdán Alatriste estuvo ubicada en la Portería de Santa Clara No. 4. En el mismo sitio, ahora la 6 Oriente No. 206, custodiada por las Iglesias de Santa Clara y San Cristóbal y en una zona típicamente dulcera, es donde se encuentra el Museo Regional de la Revolución Mexicana.
La construcción de la casa es característica del siglo XVII pero mantiene la decoración de fines del siglo XIX. Este inmueble en el que se inició la Revolución Mexicana en Noviembre de 1910 y donde gracias a la gran labor de restauración aún podemos ver las huellas de la batalla que iniciaron los hermanos Serdán contra la policía y los rurales del Estado.
La familia Serdán encabezada por Doña Carme Alatriste, nieta del ex gobernador liberal poblano Miguel Cástulo Alatriste, y Manuel Serdán Guames un zapatero de la ciudad, tuvieron como hijos a Carmen, Aquiles, Natalia y Máximo Serdán. Por las injusticias locales que realizaba el Gobernador Mucio P. Martínez y a nivel nacional Porfirio Díaz, los hermanos Serdán se unieron al Partido Anti-reeleccionista que dirigía Francisco I. Madero. La responsabilidad de los Serdán era entre otras cosas repartir municiones y pólvora por toda la región poblana, y apoyar el estallido de la Revolución Nacional el 20 de Noviembre de 1910.
Se considera que la Revolución Mexicana dio inicio en Puebla porque el 18 de noviembre, dos días antes de lo programado a nivel nacional, Miguel Cabrera, jefe de la Policía de Puebla, realizó un cateo a la casa de los hermanos Serdán y ante el impedimento de estos, que se sintieron descubiertos, dio inicio la refriega.
El 18 de noviembre de 2010, en el contexto del Centenario de la Revolución Mexicana se  reinauguró este Museo, ofreciendo una propuesta refrescante y apostándole sobre todo al público infantil. Se renovó el guion museográfico que le apuesta a los recursos didácticos y a los interactivos. En una de las salas se puede encontrar un espacio dedicado al cine donde se proyecta un cortometraje animado que explica la Revolución Mexicana y sus efectos en la sociedad mexicana.
En el Museo de la Revolución, en sus ahora 24 salas divididas en dos plantas, podemos descubrir: el día a día de una familia porfiriana, los inicios del Partido Anti-reeleccionista y el estallido  prematuro de la Revolución Mexicana.  Podemos encontrar  también la reconstrucción de la casa con muebles y objetos de la época, entre los que destacan el espejo “balaceado” del Salón Central, una típica cocina poblana con sus paredes de talavera y periódicos de la época.
Cuando la lucha en la casona de los Serdán ya se daba por perdida, Aquiles Serdán  tuvo que esconderse para evitar que lo capturaran y así continuar ayudando al movimiento maderista. El museo ha realizado una reconstrucción del escondite, en homenaje a Aquiles Serdán. Siendo esta la sala más concurrida de todo el museo.
En esta nueva cara, el Museo se adaptó para ser aprovechado por los niños. Ahora existen salas donde se pueden escuchar testimonios de vecinos que estaban presentes cuando se descubrió la conspiración que prometía derrocar a Porfirio Díaz el 18 de Noviembre de 1910,  dejando de lado la idea del museo al que se van a leer las fichas, sino que ahora se pueden escuchar.
El Museo Regional de la Revolución Mexicana “Casa de Aquiles Serdán” está abierto al público de martes a domingo de 10:00 am a 17:00 pm. Con un costo de $25.00, excepto los Martes que la entrada es gratuita
Museo de la Revolución Mexicana
Biblioteca Palafoxiana
Uno de los tesoros más importantes de Puebla Capital es la Biblioteca Palafoxiana. Su historia comienza el 5 de septiembre de 1646, cuando, el entonces obispo, Juan de Palafox y Mendoza, donó su biblioteca particular de 5 mil volúmenes a los colegios de San Pedro y San Juan, con la condición de que se le permitierá el acceso a cualquier persona que supiera leer, y no sólo a los miembros de la iglesia y seminaristas, es por esto que a la Biblioteca Palafoxiana es considerada como la primera biblioteca pública del continente americano.
Las donaciones de los obispos posteriores a Palafox y los libros confiscados a los Jesuitas tras su expulsión, hicieron que el acervo creciera tanto que fuera necesario crear un espacio que pudiera resguarda todos esos libros. Así que para 1773 se inauguró la biblioteca en el lugar donde podrá conocerla. En ese entonces tenía sólo dos niveles de estantería y el retablo de la Virgen de Trapani, que aún se puede observar al fondo de la biblioteca. Fue hasta el siglo XIX cuando se construyó el tercer nivel.

En la gran puerta de la biblioteca, se encuentran los escudos del Marquesado de Ariza, en recuerdo al título nobiliario que obtuvo Biblioteca Palafoxiana Juan de Palafox de su padre Don Jaime Palafox y Rebolledo, Marqués de Ariza, y el escudo de Palafox como Obispo de la Puebla de los Ángeles. En el interior se encuentra una rueda de madera llamada facistol, que permitía a los lectores consultar varios libros al mismo tiempo sin colocarlos sobre una mesa.En el centro de la biblioteca se empotraron mesas y bancas, mobiliario donado a principios del siglo XVIII y que son una muestra de la extraordinaria carpintería poblana de la época. 

Al fondo de la biblioteca el retablo dorado enmarca la pintura de la “Virgen de Trapani”, debajo de la cual se lee la frase Maria sedes Sapientia, que se traduce como María Trono de Sabiduría, rematado por una pintura de Santo Tomás de Aquino.
Desde este lugar podrá leer las cartelas que se encuentran en la estantería, colocadas para identificar las materias en las que estaban clasificados los libros.

En la actualidad la Biblioteca Palafoxiana, además de considerarse la primera biblioteca pública del continente, es reconocida como la única antigua en América que en su edificio original conserva todavía su mobiliario, estantería y, sobre todo, su acervo, formado en la actualidad por 42, 556 volúmenes y 5, 345 manuscritos, siendo el libro más antiguo “Los Doce Libros de Historia de Heródoto“, impreso en Venecia en 1473
Por todo esto la UNESCO reconoció, en Julio del 2005, a la Biblioteca Palafoxiana como “Memoria del Mundo”, programa establecido en 1992 para motivar a las naciones a preservar sus archivos de gran valor histórico, asegurando su difusión a las nuevas generaciones.